No tenga una Fe a medias...
Al tomar
decisiones debemos anteponer siempre la razón a los impulsos del corazón. Pues
si nos basamos en las emociones y en lo que nuestros ojos ven, corremos el
riesgo de enfrentar muy malas consecuencias.
Ejemplo de ello
fue Acab, uno de los reyes de la nación israelí. Ese hombre, guiado por la
emoción, se casó con Jezabel, una mujer que rendía culto a un falso dios
llamado Baal. Debido a la decisión de Acab, los israelitas se hicieron
idólatras: comenzaron a adorar a Baal, considerándolo semejante al Dios
Soberano.
Como los
hebreos ya no daban oído a la Voz de Dios, dejaron de tener la guía que les
llevaba hacia las bendiciones. En lugar de eso, les sobrevino una cruel sequía,
la cual duró 3 años y 6 meses. La tierra se secó, los animales morían, la gente
pasaba hambre. Y todo debido al alejamiento de Dios.
“¿Hasta cuándo
claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si el Señor es Dios, seguidle…”
(1 Reyes 18:21) Con estas palabras, el profeta Elías quiso que los hebreos
reflexionaran y dejaran de tener una fe a medias en el Dios verdadero. De lo
contrario, su situación jamás se resolvería.
Elías hizo un
reto con 450 profetas de Baal ante todo el pueblo: harían 2 sacrificios de
animales, uno para Baal y otro para el Señor. Quien de ellos respondiera
consumiendo con fuego el sacrificio, ese era el verdadero Dios. Los profetas de
Baal clamaron durante horas y se hirieron a sí mismos tratando de obtener
respuesta, la cual nunca llegó. Pero cuando Elías clamó, Dios de inmediato respondió
con fuego (Lea 1 Reyes 18:20 al 40).
Estimado
lector, si desea ser feliz de verdad, haga de Jesucristo su único Dios. El
camino hacia la plenitud comienza en su interior, cuando se entrega de todo
corazón y mente al Señor Jesucristo, y practica Sus enseñanzas. Él quiere
mostrarle Sus grandezas, pero usted debe dar el primer paso.
Obispo Pablo Roberto
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