“ MOISÉS,
MI SIERVO…”- DIJO EL SEÑOR A JOSUÉ.
LA
CREDENCIAL DEL SIERVO DE DIOS NO ES EL TÍTULO DE APÓSTOL, PROFETA, EVANGELISTA,
MAESTRO, OBRERO, O TEÓLOGO. ESO NO
CARACTERIZA AL SIERVO VERDADERO.
LA
CREDENCIAL DEL SIERVO DE DIOS ES SERVIRLO.
POR
ESA RAZÓN, ESTÁ MUERTO PARA EL PECADO, ESTÁ MUERTO PARA EL MUNDO, ESTÁ MUERTO
PARA LA FAMÍLIA Y ESTÁ MUERTO PARA SÍ MISMO.
SU
VIDA NO LE PERTENECE. SU FAMÍLIA NO LE
PERTENECE. NI SUS PERTENENCIAS PERSONALES NO LE PERTENECEN.
TODO
LO QUE A ÉL SE REFIERE PERTENECE A SU SEÑOR.
VIVE
PARA SERVIRLO.
SU
SEÑOR ES EL ÚNICO MOTIVO DE VIVIR.
ÉL
NO VIVE, SINO QUE SU SEÑOR VIVE EN ÉL.
ÉL
NO SE JUSTIFICA, PERO EL SEÑOR LO JUSTIFICA.
SU
SERVICIO NO ESTÁ LIMITADO A LA IGLESIA, A LA EVANGELIZACIÓN O A SU TRABAJO.
DONDE
ÉL ESTUVIERE, ALLÍ ESTARÁ EL CARÁCTER DEL HIJO DE DIOS.
Y
EL DIOS PADRE DEL DIOS-HIJO HONRARÁ A SU SIERVO CON EL ESPIRITU SANTO.
(SAN JUAN 12:26)
NO
HAY VACACIONES, FERIADOS, NI DESCANSO ALGUNO.
EL
SEÑOR ES LA FORTALEZA DE SU DESCANSO.
LA
RECOMPENSA DEL SIERVO DE DIOS ES EL PRIVILÉGIO DE SER LLAMADO POR EL SEÑOR COMO
“MI SIERVO”.
ASÍ
FUE CON MOISÉS Y CON TODOS LOS DEMÁS…..
Y
SERÁ CON USTED TAMBIÉN.
“….Y
HE AQUÍ YO ESTOY CON VOSOTROS TODOS LOS DIAS, HASTA EL FIN DEL MUNDO….” (SAN MATEO 28:20)
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